La Capilla Bethesda, ubicada en la zona rural entre Gaiman y Dolavon, dentro del ejido de esta última, conmemoró sus 120 años de vida este sábado pasado con un emotivo servicio en galés. Este evento marcó un regreso significativo a la tradición tras la pandemia y honró el rico legado histórico de la capilla. El edificio actual, inaugurado en 1904, reemplazó a una estructura anterior y más modesta conocida como Hen Gapel o Capilla Vieja. La necesidad de un espacio más grande surgió con el crecimiento de la congregación, lo que llevó a la construcción de la capilla que se mantiene hasta hoy.

La celebración incluyó un culto de canto tradicional en galés, caracterizado por armonías a cuatro voces. Este servicio fue especialmente significativo, ya que fue el primero celebrado desde la pandemia, un momento muy esperado por la comunidad. Participaron varios directores de coro, entre ellos Edith McDonald, Gladys Williams, Karina Torres, Hernán Morilla y Judith Williams. En el armonio estuvieron Gladys Williams y Nancy Jones. También participaron el coro de la Capilla Moriah y la banda de bronces del Ejército de Salvación, así como congregantes de Bethesda y de otras comunidades galesas del valle, desde 28 de Julio hasta Rawson e incluso de Madryn.

Durante el culto, se rindió homenaje a las personas que a lo largo de estos 120 años han dedicado su esfuerzo y enseñanza a la capilla, destacando la importancia de continuar con este legado en las comunidades galesas. Después del culto, los asistentes compartieron un servicio de té galés.

Historia de la Capilla

En 1904 se construyó la Capilla Bethesda de la Congregación Protestante Independiente como consecuencia de la separación de los creyentes de la capilla Glan Alaw. Se levantó en terrenos pertenecientes a Griffith Pugh. Aunque los servicios son esporádicos, la capilla ha jugado un papel crucial en el desarrollo del arte coral galés, un patrimonio cultural que sigue siendo apreciado.

Hoy en día, los servicios regulares se celebran solo en algunas capillas, pero ninguna es ajena a la tradición del té ceremonial que se ofrece en ocasiones especiales, como cada 28 de julio, fecha en que se conmemora el primer desembarco de galeses en el Golfo Nuevo en 1865.

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