Cada año, la Patagonia argentina se prepara para la esperada apertura de la temporada de pesca deportiva, un evento que reúne a pescadores locales y turistas nacionales e internacionales en busca de truchas y salmónidos en los ríos y lagos de la región. Para la temporada 2025-2026, que comienza oficialmente el 1 de noviembre y se extiende hasta el 1 de mayo, las autoridades locales han reforzado los controles ambientales y la fiscalización para equilibrar la actividad con la protección del ecosistema.

El índice de producción pesquera muestra una recuperación en ciertos segmentos, como los crustáceos, con aumentos del 71% respecto a 2024, debido al buen desempeño en zonas patagónicas, especialmente en la captura de langostino. La pesca deportiva, aunque menor en volumen que la comercial, genera un impacto económico muy positivo en localidades turísticas, donde el flujo de pescadores sostiene comercios, guías y transporte.

Lugares emblemáticos como el Limay Medio, Lago Fontana y Río Senguer son elegidos por su abundancia en truchas y el paisaje excepcional. En Chubut, 16 guardapescas profesionales garantizan el cumplimiento de normas de pesca responsable para cuidar las especies y que la actividad se mantenga sostenible.

Además, los permisos de pesca tienen costos que varían desde 40.000 pesos argentinos para la mayoría, con tarifas especiales para jóvenes y jubilados, facilitando el acceso pero regulando la actividad para evitar el daño ambiental. La temporada es también un encuentro social y cultural que fortalece el vínculo entre las comunidades y la naturaleza.

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