- Por Archivald Elwash
El gobernador Ignacio Torres cumple un año más de vida y ya está cercano a formalizar cinco meses de gestión con momentos “fuertes” cuando enfrentó al Presidente, Javier Milei en el verano cálido y le dejó en claro ante una Honorable Legislatura provincial que “yo quiero dialogar, pero no me voy a dejar poner el pie encima” demostrando su accionar de lucha constante por los intereses de los 603 mil chubutenses.
Inmediatamente e indefectiblemente surgió en la voz popular de la calle la comparación clara con el ex gobernador, Mario Das Neves. “Es tan parecido, aguerrido, frontal y seguro de avanzar ante los obstáculos, pasa por arriba”, destacaron vecinos, sobre todo de la zona del Valle del Chubut.
Y sin dudas parte de sus apreciaciones públicas denotan su camino a seguir que tiene como objetivo la superación y el progreso con una mezcla de ingredientes que van desde el conocimiento técnico pero la seguridad de cada decisión política, tal cual valoró en su mensaje de diciembre de 2023: “Quiero reinvindicar a la política que hoy es tan denostada y decir que es la única herramienta transformadora por excelencia. De esta saldremos con política, discutiendo política, no hay otra” como respuesta a la provincia “literalmente incendiada” que le habían dejado.
Además puso en alto como punto central a la educación advirtiendo que “no tiene sentido que esté hablando de proyectos de agenda de desarrollo si hace cinco años los chicos en Chubut no tienen un ciclo completo de clases» reconoció en las primeras semanas como primer mandatario provincial.
Desde hoy, Torres, el joven que la mayoría llama por su apodo “Nacho”, llegó a los 36 años, es el gobernador más joven de la historia del Chubut y tiene por delante un desafío de “levantar y poner en pie” a una provincia que viene sufriendo desde el 2016 casos extremos de corrupción en el Estado que posteriormente provocaron una crisis social económica que aún se reciente en la sociedad.
Aún cuenta con el aval de aquellos que lo llevaron con su voto a sentarse en el sillón de Fontana 50 en Rawson. Y otros tantos lo observan cuidadosamente como seguirá en este camino de construir, en un principio esperanza y después, lograr un futuro mejor para todos. Tan anhelado desde hace años.